Jorge Sergio Di Gregorio
Nota aparecida en el N° 267 de la Revista Indios Quilmes
Jorge Sergio Di Gregorio: Un capo del medio campo
Un símbolo Cervecero de la segunda mitad de los ’80. Sinónimo de
garra, despliegue y amor propio. Fue Campeón de la B Metropolitana en
‘86/’.87
A mediados de 1986, Quilmes había caído a la nueva “B
Metropolitana”, tenía que volver rápido y necesitaba jugadores de gran
personalidad. Una gran elección fue la llegada del “Tano” Jorge Di
Gregorio, quien no tardó en hacerse símbolo de aquellos años en el
Cervecero.
Se había iniciado como futbolista en las inferiores de
Independiente, donde llegó a jugar algunos partidos en la Primera, luego
pasó por Arsenal, Deportivo Armenio, Altos Hornos Zapla, tuvo un breve
paso por Boca y otro por Colón, antes de llegar a Quilmes
El Tano
era un aguerrido volante de lucha, con un despliegue incansable y mucho
carácter, de esos que copaba la parada en el medio campo. Un jugador a
la medida del paladar del hincha cervecero, que lo quiso ni bien comenzó
a mostrar sus cualidades.
En su primera temporada en el Cervecero,
con aquel equipo dirigido por Humberto Zuccarelli que fue Campéon de la B
Metropolitana jugó 28 de los 34 partidos del torneo, en todos como
titular y convirtió 2 goles.
En la temporada ‘87/’88, con el mismo
técnico y la base del equipo Campeón, Quilmes debutó en el Nacional B.
Con la llegada del “Gringo” Llane, el Tano se corrió del medio a la
derecha, varió la posición pero no su entrega ni su ascendente en aquel
batallador equipo que obtuvo un decoroso segundo puesto detrás del
Deportivo Mandiyú. Jugó 34 de los 44 partidos del torneo, siempre como
titular, y convirtió un gol.
Para el Nacional B de la temporada
‘’88/’89, con Hugo García como técnico, se dasarmó el equipo y se contó
con un presupuesto menor, por lo que se armó un plantel modesto que no
pudo repetir las actuaciones de los torneos precedentes (terminó 15°).
Di Gregorio fue titular en los 37 partidos que jugó y convirtió 4 goles.
Vale recordar que le gustaba probar al arco desde media distancia y que
varias de sus conquistas en el Cervecero llegaron pateando desde lejos.
Al Torneo Nacional B ‘89/’90, Quilmes lo afrontó con un equipo lujoso,
aquel de Blasón, Sosa y Rufini en el ataque, con la presencia en el
medio campo de Gásparí y el Indio Gómez. Un equipo ofensivo que para
defender contaría como “cinco” al querido Tano. Y el verbo contar está
en potencial porque después de haber anotado un golazo desde lejos a un
ángulo en el primer partido ante Talleres de Escalada en Guido y
Sarmiento, en la tercera fecha, también como local ante Almirante Brown,
sufrió una severa lesión, rotura de meniscos, que lo dejó prácticamente
fuera del torneo. Volvió a jugar 102 días después en el partido contra
Belgrano, cuando faltaban 24 minutos para el final, fue la primera vez
que, con la blanquita, entraba a jugar desde el banco de suplentes.
Entró en algunos partidos más pero no estaba recuperado plenamente.
Terminó el torneo con participación en 12 partidos y 1 gol. Ahí terminó
su paso por Quilmes.
Un grato recuerdo para él fue la ovación que le
brindara, ya retirado, el hincha cervecero en la pre inauguración del
Centenario en Diciembre del ’93, sin dudas una clara muestra de que el
Tano Jorge Di Gregorio ha honrado la blanquita.
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